“Pavimentos Ecológicos”: el gran engaño del cemento

En muchos rincones del mercado se publicitan “sistemas de pavimentos ecológicos” que, tras su fachada de marketing verde, esconden un impacto ambiental tan elevado como el de cualquier mezcla tradicional. El verdadero culpable de este engaño es el uso desmedido de cemento, un material cuya fabricación emite cerca de 0,9 toneladas de CO₂ por cada tonelada producida y que requiere hornos a más de 1 450 °C y largos transportes logísticos. Cuando una solución se basa en dosis de 250 a 350 kg de cemento por m³ —o incluso más— no puede calificarse de sostenible: esos kilogramos adicionales se traducen en centenares de kilos de CO₂ emitidos extra por cada metro de obra, así como en un mayor consumo de agua y energía. Aún más preocupante es la opacidad con la que muchos fabricantes venden estos productos. Se llenan de eslóganes como “bajo en carbono” o “amigable con el entorno” sin aportar datos de análisis de ciclo de vida que avalen sus afirmaciones. Ignoran por completo la trazabilidad de sus materias primas y carecen de auditorías independientes que permitan comparar realmente sus prestaciones con las de otras alternativas. En definitiva, recurren al greenwashing: un discurso vacío, pensado para seducir al comprador, pero que no reduce la huella ecológica de la infraestructura.

Además, esas mezclas cargadas de cemento tienden a agrietarse y erosionarse antes de lo deseable, lo que obliga a reparaciones frecuentes que, a la larga, duplican o triplican las emisiones y el consumo energético inicial. El verdadero reto de un pavimento sostenible no se limita a la fase de construcción, sino que incluye su comportamiento a lo largo de toda su vida útil y de sus sucesivos mantenimientos.


En Soluciones EcoInteligentes hemos querido ir más allá del marketing y diseñar una fórmula que demuestre con hechos, no con palabras, que los caminos pueden ser realmente ecológicos. Por eso, en la mayor parte de nuestros proyectos evitamos por completo el cemento o lo reducimos a dosis inferiores a 100 kg/m³, sustituyéndolo por aditivos poliméricos de última generación que aportan cohesión, impermeabilidad y resistencia mecánica. El resultado es una reducción de más del 80 % de la huella de carbono en comparación con los supuestos “pavimentos ecológicos” convencionales, según nuestros propios estudios de ciclo de vida. Porque llamamos “caminos ecológicos” a aquellas soluciones que, desde la extracción de materias primas hasta el fin de su vida útil, minimizan verdaderamente su impacto. Sin trucos, sin cemento de más. Si buscas construir infraestructuras que respeten de verdad al planeta y ofrezcan un rendimiento duradero, descubre nuestras soluciones en:


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